Los sindicalistas expedientados recuperan sus placas y armas

Los sindicalistas expedientados recuperan sus placas y armas

La Dirección General de la Policía y la Guardia Civil ha levantado la medida cautelar de suspensión de funciones de los nueve agentes y portavoces sindicales de la Policía Nacional que el pasado 9 de julio se manifestaron ante la Verja. Los sindicalistas -cinco de la Unión Federal de Policía (UFP, dos de la Confederación Española de Policía (CEP) y otros dos del Sindicato Unificado de Policía (SUP)- recuperaron sus placas y sus armas el lunes, según informó a este periódico Juan Verdugo, secretario provincial de la UFP y vocal en el Consejo de Policía.

Tras una pancarta en la que se leía La Policía: en defensa del estado y la seguridad pública, los nueve agentes permanecieron ante el puesto fronterizo durante 15 ó 20 minutos. "Cuando fuimos a abandonar el aparcamiento reservado a los coches de los funcionarios, nos impidieron el paso y nos comunicaron que debíamos esperar a que llegase a la autoridad policial competente, hecho que se demoró unos 45 minutos", recuerda Juan Verdugo.

La Dirección General de la Policía y la Guardia Civil les abrió expediente sancionador por aquello y decretó la suspensión cautelar de funciones y la retirada de placas y armas. Los agentes, por su parte, presentaron el pasado día 16, ante un juzgado de guardia de La Línea, una denuncia por presuntas vulneración del derecho a la libertad de movimientos, retención ilegal y un delito contra la libertad sindical y de reunión. Por otro lado, los sindicatos confirmaron que las colas a las puertas de las comisarías y en los puertos y puestos fronterizos se convertirán durante el mes de agosto en

habituales. Unos 1.500 policías nacionales con empleo en la provincia de Cádiz están llamados a secundar una 'huelga de celo' entre el día 1 y el 31 del mes que viene en demanda de una reivindicación histórica: la equiparación de sus salarios a los de las policías autonómicas vasca y catalana y a los de las policías locales de las grandes ciudades. La diferencia salarial puede llegar a los 900 euros mensuales.