Vigilantes ebrios provocan balacera

Vigilantes ebrios provocan balacera
Los agentes de seguridad se encontraban en estado de ebriedad y se negaban a entregar las armas que les habían sido asignadas.
Dos vigilantes privados que se encontraban presuntamente cuidando las instalaciones del Centro Comercial Zacamil, en Mejicanos, protagonizaron ayer en la madrugada una balacera que se prolongó por más de 40 minutos, según los informes policiales.

Miguel Ángel Hernández, de 40 años, y Alberto Mendoza Aparicio, de 48, fueron denunciados después de que a las 3 de la mañana amenazaron a personas que pasaron por el lugar y al supervisor que tienen en la empresa para la que laboran.

Según la PNC, los guardias se negaban a entregar las armas que les habían sido asignadas, porque se encontraban en estado de ebriedad y exigían que nadie se les acercara porque dispararían.

Agentes del sistema de emergencia 911 llegaron al lugar e intentaron disuadir a los agentes para que entregaran las pistolas, pero no tuvieron éxito.

Dos agentes de la PNC intentaron detenerlos, pero uno de ellos, Mendoza Aparicio, tomó a un agente como rehén y le quitó su arma de equipo; mantuvo en ambas manos una pistola con la que le apuntó al resto de policías que estaba en el lugar.

En pocos minutos se inició un intercambio de disparos entre los guardias de seguridad privada con los agentes, el cual finalizó cuando la Policía hirió de bala a Hernández en los brazos y en las piernas.

El vigilante fue despojado de las armas y fue detenido por los delitos de homicidio imperfecto tentado, privación de libertad, amenaza con agravación especial, portación irresponsable de arma de fuego y disparo de arma de fuego, al igual que a Mendoza Aparicio, quien fue trasladado al Hospital Zacamil, en Mejicanos, para que fuera atendido por las lesiones que tenía.

La PNC hizo un llamado a todas las agencias de seguridad privada para que tengan un mejor control de sus agentes, porque ya se les reportan varios casos en los que en lugar de prestar servicio los vigilantes se encuentran bebiendo en horas laborales y con las armas que les han sido asignadas.

El caso anterior se reportó en un local ubicado en la Zona Rosa, cuando un agente privado de seguridad se negó a entregar el arma de equipo a su compañero porque se encontraba, como en el caso de la Zacamil, ebrio.