Muere una mujer marroquí en una aglomeración en la frontera de Melilla. El SUP ya denunció como se encuentran los pasos fronterizos

Muere una mujer marroquí en una aglomeración en la frontera de Melilla. El SUP ya denunció como se encuentran los pasos fronterizos

Una mujer marroquí que trabajaba de porteadora de mercancías en Melilla falleció ayer pisoteada en el puesto fronterizo de Barrio Chino. La aglomeración de varios centenares de porteadores -entre 300 y 400 según fuentes policiales- que pretendían entrar en la ciudad como cada día para hacer la mayor cantidad de compras posibles, provocó una avalancha que terminó con la muerte de esta mujer, de unos 30 años, y con otras siete personas heridas, que fueron atendidas en el servicio de Urgencias en el Hospital Comarcal. Por la tarde cuatro de los heridos fueron dados de alta, mientras el cuerpo

de la mujer seguía en el depósito de cadáveres del centro sanitario. El suceso se produjo a primera hora de la mañana cuando la mujer repetía, como cada día, su entrada en Melilla para adquirir productos que se encargaba de trasladar a Marruecos con el objeto de vendérselos a los grandes comerciantes marroquíes. Esta es una práctica habitual, ya que cientos de marroquíes entran a diario por los pasos de Ceuta y Melilla para ejercer de meros porteadores. Su objetivo es cargar mercancía por valor no superior a los cinco euros y revenderla

después con una pequeña ganancia. Cuantos más viajes realicen más dinero pueden ganar, de ahí que tiendan a producirse avalanchas y tapones que pueden terminar en tragedias como la de ayer.

Sindicatos policiales como el SUP han denunciado en numerosas ocasiones la situación de temeridad en que se encuentran los pasos fronterizos de Barrio Chino, en Melilla, y del Biutz, en Ceuta. «Son muchas las veces en las que hemos alertado a las autoridades de que podía fallecer un policía o cualquier porteador. Y miren, al final se ha producido», apuntaba el secretario general del sindicato, Andrés Carrera.

Lesiones mortales

Los servicios sanitarios españoles hicieron todo lo posible por intentar salvar la vida a la fallecida, pero nada se pudo hacer. Las heridas producidas en la avalancha eran de tal gravedad que no respondió a los intentos de reanimación practicados durante casi una hora. Unos intentos que pudieron efectuarse gracias a la intervención de la Policía Nacional que tuvo que realizar varios disparos al aire para dispersar a los porteadores aglutinados en el entorno fronterizo y que impedían el acceso de las ambulancias.

«Algunos ni se habían dado cuenta de lo sucedido, corrían y corrían sólo con la intención de entrar en Melilla para cargar», apunta un agente de policía, qye fue testigo de los hechos.

Los pasos fronterizos que mantienen las dos ciudades hermanas soportan, a diario, el trasiego de cientos personas que son controladas, curiosamente, por un número escaso de agentes policiales que no superan la docena.

El SUP, por boca de su secretario general Andrés Carrera, ha solicitado en innumerables ocasiones que se incremente el número de efectivos y que se modifiquen arquitectónicamente los pasos que, a modo de jaula, provocan tapones humanos.
Hasta la fecha, las autoridades han hecho oídos sordos a estas pretensiones de los sindicatos policiales. Es tal el comercio económico que mantienen ambos países gracias al ejercicio de estos porteadores que prevalece el logro económico sobre el incremento de seguridad.

A ver si así ponen un poco de orden allí y refuuerzan las fronteras, porque cualquier día puede haber una desgracia y muy grande, los policías y guardias civiles de estas zonas están completamente desprotegidos.
:ico8: