Cotillón a cielo descubierto

Cotillón a cielo descubierto
La crisis y el alto precio de las copas propiciaron que más público que otros años se sumara a las fiestas populares del Romea y Santo Domingo
Miles de murcianos vivieron la Nochevieja entre los locales de copas y las plazas de Santo Domingo y Romea, donde hubo música y buen ambiente. La popular fiesta municipal de Nochevieja se celebró un año más convocando en los citados entornos a centenares de vecinos que bien de paso, o durante un largo periodo de tiempo, disfrutaron con la música y el ambiente festivo que se respiraba en ellas, bailando y sumándose al jolgorio general. Muchos se tomaron las uvas que ellos mismos llevaron, escuchando las campanadas a través de una gran pantalla gigante.
Pertrechados bajo un buen abrigo, y los más animosos con la bolsa de cotillón en la mano para pitar con el matasuegras o colocarse un sombrerito de fiesta, fueron cientos de personas las que optaron por la fiesta de Nochevieja más barata: la que ofrecía el Ayuntamiento a cielo raso, en estas dos céntricas plazas.
La fiesta se inició con la entrada del Nuevo Año y la música duró hasta las tres de la madrugada para no molestar en exceso al vecindario.
En la plaza de Santo Domingo tocó la Orquesta Casablanca mientras que en la del Romea lo hizo la Show Orquesta Band que gustó mucho al personal, ya que no pararon de bailar una pieza tras otra.
Al igual que otros años, se instalaron cinco leñeras o braseros de gran tamaño, en los que ardieron dos mil kilos de madera. En la Plaza del Romea, se colocaron quince estufas de gas, tipo seta, que caldearon bien el ambiente. El fuego, tanto de los braseros de Santo Domingo como el de las estufas de gas, mantuvo el calor hasta pasadas las tres de la madrugada. La noche también acompañó, ya que al estar nublado, no había tanto relente como en las noches en que el cielo está raso.
Según el concejal Rafael Gómez, la crisis y el alto precio de los locales de copas y restaurantes, hizo que más gente que nunca se volcara en celebrar la Nochevieja. Hubo un equipo de vigilantes de seguridad y un dispositivo de Protección Civil que veló porque la fiesta se desarrollase con toda normalidad y sin incidentes. Por la zona estaban abiertos los establecimientos Sirvent y una barra instalada por la arrocería de Segi. En las discotecas de Atalayas también hubo pleno de público; los más noctámbulos se retiraron cuando ya el día clareaba. Muchos aprovecharon para tomar un chocolate con churros en los puestos ambulantes... Hasta el año que viene.