Aviso para navegantes

Aviso para navegantes
Con la salida de Solbes del Gobierno, altos cargos agravan su diagnóstico y endurecen sus propuestas
Desde que, hace un par de meses, el presidente Zapatero anunciase a Pedro Solbes que le iba a relevar en la dirección de la política económica, los altos cargos con opiniones más cercanas a las del todavía vicepresidente agravaron sus diagnósticos y endurecieron sus propuestas. Se trata de un aviso a navegantes, un intento de evitar que el Jefe del Ejecutivo se deje llevar por el optimismo, y deje sin aplicar las políticas de sacrificio que, en su opinión, permitirán a la economía ajustarse para aprovechar mejor la recuperación.
El cambio de Gobierno no era siquiera un rumor cuando el comisario europeo de Asuntos Económicos, Joaquín Almunia, ya señaló con el dedo a España como uno de los países europeos en mayores dificultades. Poco después, el Gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez -hasta entonces volcado en el seguimiento de la crisis financiera- empezó a concretar en sus intervenciones las reformas estructurales que debieran acometerse con urgencia para sacar al país de la recesión. En el mercado laboral abogó por, durante un periodo de emergencia, suspender la vigencia de convenios colectivos y por la creación de un nuevo contrato con menos derechos.
La publicación por el instituto emisor de unas proyecciones económicas todavía más sombrías que las de los servicios de estudios privados y organizaciones internacionales, junto a la previsión de una escalada del déficit y la alerta ante la posible entrada en 'números rojos' de las cuentas de la Seguridad Social abundaron en esta línea de presión directa sobre el Jefe del Ejecutivo.
Expertos económicos, independientes o adscritos a organizaciones sindicales y empresariales, perciben que detrás de esta 'ofensiva' hay una clara intención de evitar que el presidente del Gobierno, aplique, a través del nuevo equipo económico que lidera Elena Salgado, políticas más expansivas. Señalan las diferencias entre dos tendencias que coexisten en el PSOE: los que anteponen el compromiso social frente a los socioliberales.
Coinciden estos expertos en reclamar mayor apertura del grifo del crédito, justificar la ampliación de la cobertura a los parados, y en el beneficio que puede suponer dar una «inyección de confianza» a la sociedad. Defienden que, ya se trate de gastar más o menos, lo importante es «gastar bien». A partir de ahí, discrepan en las prioridades y en la dirección que se debe imprimir a las reformas.
Manda el presidente
Fernando Eguidazu, vicepresidente del Círculo de Empresarios y encargado de dirigir su Comité de Política Económica de esta organización, considera que «quien marca finalmente las líneas ha sido, es y será el Presidente del Gobierno», por lo que el relevo en el Ministerio de Economía le parece «de importancia relativa». Partidario de aplicar políticas paliativas que minimicen las consecuencias sociales de la crisis -«ayudar a los parados es un imperativo social», dice-, añade que lo básico es poner en marcha medidas «que permitan aprovechar la recuperación, cuando se produzca». Para restablecer la confianza, cree necesario «asegurar la solvencia y liquidez de la banca», para que pueda volver la fluidez del crédito, aunque advierte de que no se trata de presionar.
Pero, sobre todo, Eguidazu insiste en que hay que cambiar el modelo económico, que considera agotado. Y no debe ser el Gobierno quien determine los sectores del futuro. «Eso es muy peligroso y hay precedentes de equivocaciones que costaron cientos de millones, como la reconversión industrial», advierte. En su opinión, el Ejecutivo tiene que sentar las bases para que las empresas «se busquen la vida». Para crear un entorno favorable sugiere flexibilizar el mercado laboral, reducir el Impuesto de Sociedades, mejorar la fiscalidad del ahorro, reforzar la unidad de mercado, abrir el debate sobre la energía nuclear y reformar el sistema educativo, entre otras medidas. Una apuesta que tiene grandes semejanzas a la que defiende el Banco de España.
Luis de Sebastián, profesor de Economía en Esade, confiesa no saber muy bien por qué se ha ido Solbes, y cree que tal vez le abrumó el cansancio ante la «muy larga y dura batalla» que le aguardaba. Comparte con Almunia y Fernández Ordóñez la necesidad de estar vigilantes «para que el déficit fiscal no llegue a ser tan grande que hipoteque a las generaciones futuras». Dicho esto, defiende con energía que se amplíe la protección a los parados -«ese es un dinero bien gastado por razones sociales y económicas, porque de inmediato revertirá en consumo», asegura- y sugiere que otras medidas anticrisis se adopten por consenso. Si el Gobierno no lo hace del todo bien, la oposición tampoco actúa como sería de desear ante una situación «de emergencia nacional» que requiere de la máxima colaboración entre las fuerzas políticas, opina.