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Los vigilantes pasarán hoy de las aulas teóricas a hacer prácticas en la calle
Por Paqui Sánchez T.
Última actualización 01/06/2009@06:43:13 GMT+1
Los ciudadanos que toman el incivismo por bandera deberán dejar a un lado sus malos hábitos en pos de una mejor convivencia urbana si no quieren que su actuación egoísta les salga demasiado cara. La Ciudad Autónoma ha puesto en marcha dos nuevas unidades de vigilantes Medioambientales y de Movilidad, cuyo objetivo desde hoy será sancionar el incumplimiento de normas de tráfico y ordenanzas municipales sobre limpieza, y promover una mayor concienciación ciudadana al respecto.
Como si se tratara de un hogar familiar cualquiera, Melilla está regida por una serie de normas de convivencia cuyo cumplimiento es vital para evitar problemas sociales y garantizar así la cohabitación tranquila y pacífica de la población. La mayoría de estas normas están recogidas en una montaña de ordenanzas municipales de la Consejería de Medio Ambiente, que regulan aspectos tan diversos como la recogida de basuras, el depósito de residuos de todo tipo, el control de la contaminación y la limpieza de la vía pública y del entorno natural, además del funcionamiento de establecimientos comerciales y la convivencia social con los animales de compañía. Esto se une a otra gran cantidad de normas de tráfico que todos, conductores y peatones, debemos cumplir nada más salir de casa para garantizar la seguridad en algo tan natural, habitual y necesario como es transitar por la calle.
Entre las ordenanzas medioambientales y las normas de circulación vial que hay actualmente vigentes, suman cientos de reglas que, si el 100% de los melillenses cumplieran siempre, conseguirían el engranaje perfecto en la convivencia poblacional. Algo que, lamentablemente, no ocurre por la falta de civismo que impera en una minoría de la sociedad, lo que ha obligado a la Ciudad Autónoma a crear unas unidades policiales dedicadas exclusivamente a vigilar que todos los melillenses cumplen de forma escrupulosa esta parte de sus obligaciones como ciudadanos.
Objetivos: concienciar y educar
Desde hoy empiezan a funcionar operativamente las unidades de Vigilantes Medioambientales y Vigilantes de Movilidad, integradas por ocho y doce funcionarios, respectivamente, que se encargarán de realizar esta tarea, hasta ahora asumida por la Policía Local. A partir de hoy, estos vigilantes se dedicarán a velar por el cumplimiento de las ordenanzas de la Consejería de Medio Ambiente y la normativa de tráfico, con el objeto no sólo de sancionar con multas los gestos incívicos, sino también de concienciar a la población de que esta conducta egoísta es perjudicial para el resto de los ciudadanos.
Una labor que, a priori, se presenta un tanto ingrata por lo que supone multar a los ciudadanos incívicos por comportamientos que, en muchos casos, éstos pueden llegar a considerar incluso normales. Para ello, estas dos unidades de vigilantes están siendo preparadas para el trato directo y cercano con los melillenses con una formación muy específica a cargo de la Escuela de Seguridad Pública. Su director, Diego Giner, es muy claro al subrayar el importante papel que estos nuevos vigilantes tienen en su misión de reeducar al sector de la población que no cumple con las normas básicas de la convivencia que deben regir en toda ciudad. "Esta función, aunque ingrata, es necesaria para el buen desarrollo de ciudad. Por eso deben hacer comprender al ciudadano que la denuncia no es gratuita porque supone un perjuicio para el resto de melillenses, y debe enseñarle a comportarse de una manera más cívica", subrayó Giner.
De hecho, Giner recordó que la población de Melilla va creciendo a un ritmo acelerado y si no se corrigen estos comportamientos incívicos cuanto antes, "los problemas se convertirán en acuciantes" para el buen desarrollo social de la ciudad. Ésa es la razón principal por la que la Consejería de Seguridad Ciudadana decidió crear estas nuevas unidades partiendo de la reciente funcionarización del Cuerpo de Vigilantes de Servicios Generales. Así, mediante un proceso de libre designación, ocho vigilantes han pasado a la unidad Medioambiental y doce a la de Movilidad, quedando el cuerpo de Vigilantes de Servicios Generales con unos pocos agentes dedicados exclusivamente al resguardo de dependencias municipales, que era su función original.
Arranque oficial
El periodo formativo concluirá este mes y, a partir del 1 de julio, tomarán oficialmente posesión como agentes Medioambientales y de Movilidad en comisión de servicio. Desde ese día, estas unidades empezarán a funcionar de manera independiente, lo que permitirá a la Consejería de Seguridad Ciudadana "recuperar" a los policías que se dedicaban a esta labor para destinarlos a reforzar otros servicios que requerían más personal. "Que hayamos creado las unidades de Agentes Medioambientales y de Movilidad no supone mermar las funciones de la Policía Local, al contrario. Ahora podremos disponer de más personal para cubrir las 98 competencias a las que tenemos que hacer frente", subrayó el consejero del área, Ramón Antón.
Los primeros pasos de estas unidades servirán de orientación para conocer si los recursos humanos y técnicos que se han puesto a su disposición son suficientes, o es necesario ampliarlos en un futuro. Mientras llega el 1 de julio, Seguridad Ciudadana ultima la uniformidad de los nuevos agentes y termina de habilitar los vehículos que utilizarán, la mayoría ‘heredados’ de la Policía Local.
Los 20 vigilantes que forman parte de este proyecto innovador en Melilla llevan en periodo formativo desde mayo, cuando iniciaron en la Escuela de Seguridad Pública varios cursos intensivos que abarcan desde la educación física y defensa personal a la conducción de los vehículos especiales con los que desempeñarán su trabajo por todos los barrios de la ciudad, pasando por todas las ordenanzas y normativas que deberán hacer cumplir a la población. Además, también han recibido un módulo teórico de deontología profesional y psicología, con el objeto de lograr esa función educadora que se pretende con la creación de estas nuevas unidades. Según explicó el director de la Escuela de Seguridad Pública, Diego Giner, la mayor parte de la teoría la han dado ya desde que arrancó el periodo formativo en mayo.
Este mes que queda de curso se centrará mayoritariamente en las prácticas en la calle, que realizarán bajo la orden y supervisión de mandos de la Policía Local. Pero el hecho de que sigan en formación no impedirá que puedan sancionar acciones que se salten las ordenanzas de Medio Ambiente o las normas de Seguridad Vial. No en vano, si los nuevos vigilantes se topan desde hoy con ciudadanos incívicos que dejan el coche en doble fila, tiran la basura antes de las 20,00 horas o no recogen los excrementos que su perro ha dejado en la vía pública, podrán sancionarles gracias a la condición de agente de la autoridad del policía local que acompañarán a estos vigilantes durante junio.
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