Tributará al 24%, el tipo más bajo del IRPF, gracias a la 'ley Beckham'.
Jaume Viñas - Madrid - 15/06/2009
Cristiano Ronaldo, el nuevo asalariado del Real Madrid, cobrará casi diez millones de euros al año y se convertirá, probablemente, en el empleado mejor pagado de España. Sin embargo, dentro de un año, cuando haga la declaración de la renta, el astro portugués tributará a un tipo oficial del 24%, el mismo que rige para las rentas más bajas. Ronaldo aprovechará la bautizada como ley Beckam -una reforma legal ideada para atraer a profesionales cualificados a España- que permite que jugadores foráneos tributen como un no residente a pesar de trabajar y vivir en España. Si no fuera por esta normativa, Cristiano Ronaldo pagaría -como Iniesta, Raúl o Xavi- un 43% a Hacienda, que es el tipo que se aplica a quien cobre más de 60.000 euros al año.
Sin embargo, el gran beneficiario no es Ronaldo, sino el Real Madrid. Los grandes futbolistas negocian con los clubes su salario neto, y el coste fiscal lo asumen los equipos. Así, el Real Madrid o el Barça pueden igualar o superar con menos dinero las ofertas laborales de sus competidores de la Premier League o el Calcio. Un estudio de 2007 de Ernst & Young calculó que el coste fiscal de un jugador con un sueldo de 2 millones de euros asciende a 680.000 euros en España, mientras que en Francia la cifra se acerca a los 3,5 millones y en Italia a los dos millones de euros. "El fichaje de Cristiano constituye el enésimo ejemplo de que el fútbol español, gracias a su fiscalidad, se convertido en el más fuerte de Europa", protestan desde el Milan. "No hay duda de que la fiscalidad convierte a los clubes españoles en más competitivos", explica Bárbara Pardo de Santayana, socia de Ernst & Young, que destaca que la legislación española, junto con la holandesa, es la más beneficiosa para los equipos de fútbol.
Si Cristiano Ronaldo hubiera fichado por el Milán, tributaría al 43% y de haberse quedado en el Manchester, se le aplicaría un gravamen del 50%, ya que el primer ministro británico, Gordon Brown, aumentó diez puntos el tipo marginal del impuesto sobre la renta. "Mi advertencia al resto de rusos que vengan a Inglaterra es que deben entender al detalle cuánto dinero van a ganar y qué impuestos tendrán que pagar. Así no se encontrarán con sorpresas tan desagradables como las que me he llevado ahora". Quien así habla es el jugador ruso del Arsenal Andréi Arshavin que en su país pagaba el 13% por la renta y ahora no comprende porqué el fisco británico se lleva la mitad de su sueldo.
Un régimen especial de seis años
El caso de Cristiano Ronaldo es paradigmático por ser el fichaje más caro (94 millones de euros) de la historia del fútbol. Sin embargo, todos los futbolistas que llegan a España se acogen al llamado régimen de impatriados. Sólo deben cumplir determinados requisitos como no haber sido residente fiscal en España en los diez años anteriores al fichaje, que su empleo se desarrolle dentro del país y en beneficio de una empresa española. Transcurridos seis años, pierden el privilegio y ya no pueden acogerse al régimen especial y, entonces sí, tributarán al 43%.
Una norma que no fue pensada para futbolistas
La normativa a la que se acogerá Cristiano Ronaldo no fue pensada para que los futbolistas con sueldos astronómicos tributaran a tipos reducidos en el IRPF. Entró en vigor en 2004 y el objetivo inicial era promover la llegada de empresas, directivos y profesionales cualificados a España. Para ello se estableció que los trabajadores que se trasladasen a España por motivos laborales y adquiriesen la residencia fiscal tributaran al 23%. Optar por este régimen es voluntario e implica no poder aplicar ninguna deducción.
Normalmente, quienes cobran por debajo de los 50.000 euros anuales les resulta más beneficioso tributar como residentes que acogerse al régimen especial.
La reforma legal se conoce popularmente como ley Beckham porque el jugador británico fue la primera estrella en aprovecharse del régimen de impatriados al fichar por el Real Madrid en 2004. El hecho que futbolistas multimillonarios puedan tributar como simples y humildes asalariados ha provocado duras críticas pero, de momento, no se plantea cambiar la ley. Por otra parte, los representantes de futbolistas alegan la corta vida profesional de un deportista para justificar el trato favorable.
Jaume Viñas - Madrid - 15/06/2009
Cristiano Ronaldo, el nuevo asalariado del Real Madrid, cobrará casi diez millones de euros al año y se convertirá, probablemente, en el empleado mejor pagado de España. Sin embargo, dentro de un año, cuando haga la declaración de la renta, el astro portugués tributará a un tipo oficial del 24%, el mismo que rige para las rentas más bajas. Ronaldo aprovechará la bautizada como ley Beckam -una reforma legal ideada para atraer a profesionales cualificados a España- que permite que jugadores foráneos tributen como un no residente a pesar de trabajar y vivir en España. Si no fuera por esta normativa, Cristiano Ronaldo pagaría -como Iniesta, Raúl o Xavi- un 43% a Hacienda, que es el tipo que se aplica a quien cobre más de 60.000 euros al año.
Sin embargo, el gran beneficiario no es Ronaldo, sino el Real Madrid. Los grandes futbolistas negocian con los clubes su salario neto, y el coste fiscal lo asumen los equipos. Así, el Real Madrid o el Barça pueden igualar o superar con menos dinero las ofertas laborales de sus competidores de la Premier League o el Calcio. Un estudio de 2007 de Ernst & Young calculó que el coste fiscal de un jugador con un sueldo de 2 millones de euros asciende a 680.000 euros en España, mientras que en Francia la cifra se acerca a los 3,5 millones y en Italia a los dos millones de euros. "El fichaje de Cristiano constituye el enésimo ejemplo de que el fútbol español, gracias a su fiscalidad, se convertido en el más fuerte de Europa", protestan desde el Milan. "No hay duda de que la fiscalidad convierte a los clubes españoles en más competitivos", explica Bárbara Pardo de Santayana, socia de Ernst & Young, que destaca que la legislación española, junto con la holandesa, es la más beneficiosa para los equipos de fútbol.
Si Cristiano Ronaldo hubiera fichado por el Milán, tributaría al 43% y de haberse quedado en el Manchester, se le aplicaría un gravamen del 50%, ya que el primer ministro británico, Gordon Brown, aumentó diez puntos el tipo marginal del impuesto sobre la renta. "Mi advertencia al resto de rusos que vengan a Inglaterra es que deben entender al detalle cuánto dinero van a ganar y qué impuestos tendrán que pagar. Así no se encontrarán con sorpresas tan desagradables como las que me he llevado ahora". Quien así habla es el jugador ruso del Arsenal Andréi Arshavin que en su país pagaba el 13% por la renta y ahora no comprende porqué el fisco británico se lleva la mitad de su sueldo.
Un régimen especial de seis años
El caso de Cristiano Ronaldo es paradigmático por ser el fichaje más caro (94 millones de euros) de la historia del fútbol. Sin embargo, todos los futbolistas que llegan a España se acogen al llamado régimen de impatriados. Sólo deben cumplir determinados requisitos como no haber sido residente fiscal en España en los diez años anteriores al fichaje, que su empleo se desarrolle dentro del país y en beneficio de una empresa española. Transcurridos seis años, pierden el privilegio y ya no pueden acogerse al régimen especial y, entonces sí, tributarán al 43%.
Una norma que no fue pensada para futbolistas
La normativa a la que se acogerá Cristiano Ronaldo no fue pensada para que los futbolistas con sueldos astronómicos tributaran a tipos reducidos en el IRPF. Entró en vigor en 2004 y el objetivo inicial era promover la llegada de empresas, directivos y profesionales cualificados a España. Para ello se estableció que los trabajadores que se trasladasen a España por motivos laborales y adquiriesen la residencia fiscal tributaran al 23%. Optar por este régimen es voluntario e implica no poder aplicar ninguna deducción.
Normalmente, quienes cobran por debajo de los 50.000 euros anuales les resulta más beneficioso tributar como residentes que acogerse al régimen especial.
La reforma legal se conoce popularmente como ley Beckham porque el jugador británico fue la primera estrella en aprovecharse del régimen de impatriados al fichar por el Real Madrid en 2004. El hecho que futbolistas multimillonarios puedan tributar como simples y humildes asalariados ha provocado duras críticas pero, de momento, no se plantea cambiar la ley. Por otra parte, los representantes de futbolistas alegan la corta vida profesional de un deportista para justificar el trato favorable.
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