Interior modifica una orden para que Mesquida viva en la Dirección General de la Guardia Civil

Interior modifica una orden para que Mesquida viva en la Dirección General de la Guardia Civil










El secretario de Estado de Turismo, Joan Mesquida, dejó de ser mando único de la Policía y la Guardia Civil en abril, pero su vida doméstica no ha variado sustancialmente. Como cuando era el máximo responsable de ambos Cuerpos continúa viviendo en una casa de la Dirección General de la Guardia Civil, en Guzmán el Bueno, un pabellón de cargo, eso sí algo más modesto que el que disfrutaba en su anterior puesto. Su sucesor, Francisco Javier Velázquez, modificó el pasado 29 de mayo la orden general sobre regulación de pabellones (que había sido variada por Mesquida durante su mandato) para adecuarla legalmente a la nueva exigencia. Es la primera vez en la historia del Cuerpo que un ex director general sigue disfrutando de un pabellón tras dejar su puesto y la decisión ha causado un hondo malestar en el Instituto Armado, según las fuentes consultadas por ABC.

Interior ha cambiado cuatro artículos de su ordenanza interna justificándolo en «razones de seguridad». «¿Acaso los anteriores directores generales no tenían el mismo condicionante y no necesitaban protección?», plantea un oficial del Cuerpo. Las modificaciones se traducen en que el director general, Velázquez en este caso, tiene pabellones a su disposición; que puede asignarlos; que apelando a la seguridad tiene la potestad de adjudicar esas viviendas cuando alguien cese en el cargo y que esa situación puede mantenerse en el tiempo, dado que se deja un amplio margen de discrecionalidad.
Mesquida podrá disfrutar de casa gratis hasta que «desaparezcan las circunstancas que aconsejaron su asignación»



Vivienda «vitalicia»

«Tal y como se ha redactado podría permanecer ahí de por vida», explica un teniente, «mientras que los miembros del Cuerpo, de cualquier escala, tienen que esperar dos y tres años para que les asignen un pabellón». Las variaciones concretas introducidas en el articulado, según consta en la orden publicada en el boletín oficial de la Guardia Civil de 31 de mayo, son las siguientes: Artículo 5. «Son pabellones de cargo -viviendas destinadas a determinados cargos o puestos de trabajo- los que se reservan a quienes ocupen los destinos siguientes: generales en activo o en reserva con destino; a disposición del director general; jefe secretaría de despacho; un jefe de sección del Estado Mayor; jefe de la Unidad de Seguridad de la Dirección General; capitán gobernador del acuartelamiento de la Dirección General».

Interior ha introducido el apartado «a disposición del director general» en lugar del que beneficiaba al asesor del director general. El cambio tiene su intrahistoria porque Mesquida el 19 de mayo de 2005 firmó la orden en la que se incluía como adjudicatario de pabellón al asesor del «jefe» -entonces el suyo era Miguel Morata- y, según las fuentes consultadas, esa es la vivienda que ahora ha ocupado él. Velázquez reclamó la que le correspondía por su cargo y Mesquida tuvo que hacer la mudanza. Fuentes próximas al actual secretario de Estado de Turismo aseguran que le han «obligado» a quedarse en la Dirección para ahorrar en seguridad, pero el argumento se rechaza desde dentro. «¿Acaso Valdivielso o Ferrán Cardenal, por poner dos casos, no podían esgrimir ese mismo argumento?».
El ahora secretario de Estado de Turismo ocupa en la Dirección General de la Guardia Civil el pabellón que asignó a su asesor con una orden ex profeso



El artículo 8 sobre las competencias del director general también se ha cambiado y ahora tiene la potestad de adjudicar pabellones tanto de representación como de cargo. Sobre el criterio de asignación versa el artículo 12. «La adjudicación se hará de oficio a quienes desempeñen los cargos o destinos para los que han sido asignados, o a aquellos que al cesar en los mismos, a juicio del director general, concurran circunstancias temporales que aconsejen adoptar especiales medidas de seguridad» (la adenda se refiere a los ya cesados y a criterio del jefe, con las esgrimidas razones de seguridad). El último artículo variado supone que el beneficiario seguirá siéndolo en tanto «no desaparezcan las circunstancias que lo aconsejaron». «Casa vitalicia aunque sea de segunda», ironiza un mando del Cuerpo.