Mariscadores furtivos

Mariscadores furtivos
Parados, viudas con pocos ingresos e incluso toxicómanos se dedican a la recogida furtiva del marisco en la Ría de Ferrol. Son el último eslabón de la cadena que lleva el marisco contaminado de muchas zonas de esta ría hasta las mesas de los restaurantes. No respetan el marisco contaminado por toxina, ni el que crece rodeado de ratas y aguas fecales. Nuestros reporteros han encontrado a estos furtivos recogiendo almeja y berberecho a plena luz del día y en zonas vedadas. Sin ningún tipo de complejo, nos han contado que prefieren ser furtivos a tener que cometer delitos para poder sobrevivir.
Los que verdaderamenete se enriquecen a costa de los furtivos son los minoristas y los restaurantes que les compran género. Pero la ley del silencio protege a esta red de distribución que lleva el marisco contaminado hasta los platos de los consumidores.

Las cofradías piden más vigilancia y mayor apoyo por parte de la administración para erradicar el problema. Existen brigadas de guardapescas que se encargan de "espantar" a los furtivos, y la Xunta de Galicia tiene numerosas embarcaciones vigilando el litoral gallego.

Pero la Ría de Ferrol es demasiado grande, y los furtivos demasiado numerosos. La marea baja dos veces al día, por lo que es muy difícil montar una guardia de 24 horas.

El furtivismo en Ferrol es también sinónimo de desempleo y recpnversión industrial. Muchos jóvenes que hoy. "van a la marea" son hijos de los miles de parados que dejó el cierre de los astilleros en los 80.