Liu Zhihua: de supervisor de las obras olímpicas de Pekín 2008 a reo en el patíbulo

Liu Zhihua: de supervisor de las obras olímpicas de Pekín 2008 a reo en el patíbulo

• El ex responsable de la remodelación de la capital fue traicionado por una amante
  
• Según el tribunal, aceptó sobornos millonarios a cambio de favores a empresarios
  

Cuando alguien recibe el encargo de supervisar obra pública por valor de 40.000 millones de dólares (unos 30.000 millones de euros), no cabe duda de que se enfrenta a una misión delicada. Si quien le contrata es, además, el Partido Comunista de China (PCCh) y su cometido, por añadir más presión, es poner a punto una ciudad como Pekín para la gran fiesta olímpica, el trabajo sólo puede resolverse de dos formas: conquistando la gloria eterna en el seno de la élite que dirige China o, por el contrario, cosechando un fracaso tan sonado que le cueste a uno la vida.




Liu Zhihua, el sujeto al que fue encomendada la tarea, falló estrepitosamente. Traicionó la confianza de su empleador y de un país volcado en la cita olímpica. Lo hizo, además, con la fórmula clásica: corrupción, favoritismo y una vida de telenovela sórdida, algo que lo ha desautorizado moralmente ante la opinión pública. Por todo ello y mucho más, quien fuera vicealcalde de la capital hasta mediados de 2006 acaba de ser condenado a muerte por un tribunal de Hengshui, una localidad cercana a Pekín.
Liu es el funcionario pequinés de más alto rango caído en desgracia durante los últimos 12 años. Su antecesor en el récord fue Chen Xitong, máximo responsable del PCCh en la capital y despedido igualmente por corrupción.

Aunque es probable que Liu no llegue a ser ejecutado, pues el acta ya prevé una moratoria de dos años y la posibilidad de que sea anulada en función de su conducta en prisión, el ex funcionario podría pasar el resto de sus días entre rejas.
El tribunal lo encuentra culpable de haberse llevado al bolsillo cerca de siete millones de yuanes obtenidos a través de sobornos. Liu, que hace dos años dirigía la metamorfosis olímpica de Pekín, otorgó licitaciones a dedo. Hizo favores como director del parque científico de Zhongguanchun, el Silicon Valley pequinés. Y a cambio, recibió regalos contantes y sonantes.

Pero entre los 10 'crímenes' cometidos por Liu, ninguno ha llamado tanto la atención en China como el que implica a una de sus amantes. Wang Jianrui, de 48 años, era al parecer la favorita de un largo currículum de concubinas. Gracias a la intermediación del ex funcionario, esta representante legal de una firma de construcción e ingeniería logró para su empresa las obras de tres de las instalaciones de los Juegos Olímpicos: pistas de tenis, hockey sobre hierba y el recinto de tiro con arco, según recoge la revista 'Caiijng'.
Cuando Liu fue detenido, en junio de 2006, las autoridades se apresuraron a señalar que su errores de gestión nada tenían que ver con los proyectos olímpicos. "Él era uno de los principales líderes de la ciudad", señaló el secretario del Partido Comunista de Pekín. "Nuestro corazones sufren el peso, pero la lección para nosotros es dura y severa", dijo, antes de que el Gobierno anunciase mayores controles para luchar contra la corrupción.
De minero a funcionario


La caída de Liu fue mucho más rápida que su ascenso, pues llegó a ser 'número dos' del Gobierno de Pekín partiendo de una posición más que humilde. Nacido hace 59 años, el mismo año que el país se convertía en República Popular, trabajó de minero en una explotación de carbón.
Tras efectuar uno de los trabajos con mayor número de accidentes laborales, dirigió sus pasos hacia otro puesto, cerca de los presupuestos olímpicos, que en su caso ha resultado ser más peligroso. En 1977 se mudó a la capital y, ya dentro del Partido Comunista, escaló puestos hasta quedarse, en 1998, en la antesala de la alcaldía de la capital.

Casi ocho años despues, su despido se achacó al "estilo de vida decadente". El vicealcalde se había construido en los suburbios de Pekín una mansión "de 150 habitaciones", según la agencia de noticias estatal. "Se cree que tenía varias amantes y que ayudó a algunas de ellas a enriquecerse a través de actividades ilegales", recogía esta semana un comunicado de Xinhua que citaba los documentos del tribunal.
También fueron éstas atenciones las que lo delataron. Una antigua amante, identificada en las actas como Zhang Yike, se grabó con el vicealcalde en los momentos más íntimos de ambos. Cuando perdió el favor y las visitas de Liu —o según otras versiones, pagada por una empresa que no había logrado lo pactado del vicealcalde—, Zhang optó por distribuir el vídeo en los altos círculos del Partido Comunista y la prensa. Seis meses después, Liu estaba expulsado de esta institución.