La Arrixaca refuerza su seguridad para hacer frente al aumento de robos

Cámaras de seguridad, más vigilantes y restricción de acceso a algunas áreas del hospital. La Arrixaca está reforzando las medidas de seguridad para poner freno al aumento de robos detectado en los últimos tiempos. Nada parece estar a salvo de los ladrones, que han realizado ya 16 incursiones en lo que va de año. Arramblan sobre todo con ordenadores de los despachos, bolsos de pacientes y familiares y efectos personales de los profesionales.

En realidad, los robos en La Arrixaca no son algo nuevo. El complejo hospitalario es una auténtica ciudad por la que diariamente se mueven miles de personas. Centenares de habitaciones, despachos, pasillos y almacenes constituyen un auténtico laberinto. El hospital tiene hasta 45 puntos de acceso, imposibles de controlar por completo.

El problema ha existido siempre, pero en los últimos dos años el número de hurtos ha crecido, algo que la dirección del centro atribuye a la crisis económica, que ha generado más delincuencia de este tipo tanto dentro como fuera del hospital.

Los ladrones conocen bien el terreno, y se mueven a sus anchas. Utilizan batas blancas para no levantar sospechas y acceder sin dificultades a las zonas de los profesionales con la intención de robar en los despachos y en las taquillas de los vestuarios. «La Policía ha logrado identificar a dos o tres personas con antecedentes que han sido captadas por las cámaras de seguridad, y se está extremando la vigilancia sobre ellos», explica Javier Aranda, director de gestión de La Arrixaca.

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Los robos que azotan La Arrixaca no se limitan a pequeños hurtos de bolsos o monederos. También alcanzan a aparatos de pequeño o mediano tamaño. Uno de los últimos botines ha sido un endoscopio. La sustracción de ordenadores también es habitual, aunque ahora lo es menos gracias a la instalación de candados. Los ladrones han llegado a robar el disco duro de algunos servicios médicos. No parece haber barreras para estos profesionales del robo que, enfundados en batas blancas para pasar desapercibidos, han entrado hasta en los despachos del área de Dirección. Otro de los 'puntos calientes' es el aparcamiento. 18 cámaras de seguridad y los vigilantes de la empresa concesionaria tratan de evitar que los 'cacos' hagan de las suyas tanto en el 'parking' de trabajadores como en el destinado a los pacientes