TEMA PORTEROS DISCOTECAS

Recuerdo del primer mensaje :

Lo ocurrido durante este mes de agosto en la playa de Gandia ha motivado que la Comisaría de Policía haya tomado cartas en el asunto y ha anunciado su preocupación ante el aumento de violencia que se ha registrado en los accesos e interiores de las diversas discotecas existentes en la playa de Gandia.

A principios de verano, según fuentes policiales, ya hubo una reunión con los empresarios del ocio nocturno y representantes de la patronal Asemthsa para abordar la problemática.

Así las cosas, desde la Comisaría se ha señalado que se va a actuar "con contundencia" dado que les preocupa "la violencia extrema que ejercen estas personas".

Uno de los principales problemas radica en que no son vigilantes titulados sino contratados como camareros o porteros "por lo que si hacen funciones de seguridad incumplen la Ley de Seguridad Privada".

El Día de Córdoba
Un portero de discoteca se enfrenta a un año de prisión por agredir a un cliente
El fiscal afirma que el encartado empujó y golpeó a un joven que se negaba a salir del local
Á. R. | ACTUALIZADO 22.12.2009 - 01:00

El portero de una discoteca de la localidad de Baena se enfrenta a un año de prisión por un presunto delito de lesiones cometido supuestamente al empujar y golpear a un cliente. Según relata la Fiscalía Provincial de Córdoba en su informe provisional de acusación, los hechos se produjeron el 8 de junio del año 2008.

Sobre las 06:30 de aquel día, el vigilante de seguridad, de nacionalidad búlgara, se aproximó a un joven que se encontraba allí con unos amigos y, ante la negativa de la pandilla de salir del local hasta terminar una consumiciones que habían pedido, empezó a "empujar y a golpear" al cliente.

El Ministerio Público expone en su informe de acusación que el joven sufrió un traumatismo en la rodilla izquierda, así como erosiones y policontusiones. La víctima precisó de asistencia médica y tuvo que tener la rodilla inmovilizada con una férula durante dos semanas. La Fiscalía concluye que los hechos se tratan de un delito de lesiones, por el que solicita un año de prisión. En el caso de ser considerado culpable, A. D. V. tendrá que indemnizar a la víctima con una suma de 715 euros.

No es la primera vez que un portero de discoteca se sienta en el banquillo en Córdoba por agredir a un cliente. El pasado junio, el Juzgado de lo Penal número 3 condenó a ocho meses de prisión a un portero de discoteca de la capital por romperle varias piezas dentales a un joven que intentó acceder a la zona VIP.

El portero de una discoteca

el vigilante de seguridad, de nacionalidad búlgara

Evidentemente, búlgaro, portero de discoteca, que golpea a los clientes porque no salen... de VIGILANTE DE SEGURIDAD no tiene nada.

ES UN TRUCHO.

Un saludo.

PD.: En vez de un año le deberían meter 50 años.

Escrito por Juanjo Oliva
domingo, 17 de enero de 2010 El faro de ceuta.

Pocos conocen la noche ceutí como los controladores de entrada a los pubs. Testigos de reyertas, atracos y otros incidentes en el Poblado Marinero, el gremio etiqueta de “momento difícil” las últimas semanas en el recinto de ocio nocturno por el laxo control policial. Varios miembros de seguridad diseccionan una profesión tan denostada por unos como elogiada por otros.

Elegantes americanas combinadas con prendas casual en el caso de ellos y vestidos ceñidos sobre tacones de infarto en ellas, comienzan a desfilar por la pasarela de la Gran Vía en dirección al Poblado Marinero, donde se concentra la ‘marcha’ nocturna de la ciudad que reúne a unos 18.000 jóvenes cada fin de semana. Sobre las 11.00 horas comienza la actividad en los pubs: los camareros reponen las bebidas; el disc jockey se encarga de las pruebas de sonido; el servicio de limpieza de la higiene en los aseos... En definitiva, tener el local a punto para recibir a los clientes.
El público siempre depende del local, de pubs de ritmos latinos a lugares de culto para la música alternativa, pero todos estos negocios comparten un denominador común: garantizar que la diversión se desarrolle en calma y velar por la seguridad de los presentes. La figura del portero de discoteca, denigrada por algunos y ensalzada por otros, representa esta función en el acceso y en el interior de los bares del Poblado, siempre con el apoyo de las autoridades policiales. Sin embargo, como si de un mantra se tratara, los padres emiten cada viernes y sábado esa advertencia familiar para cualquier joven: “Ten cuidado y, si ves alguna pelea, tú no te acerques”.
¿Pueden los padres descansar tranquilos mientras sus hijos están en el Poblado? “El portero no puede ser un gorila, debe tener psicología y tiene que procurar ser correcto siempre y cuando el comportamiento del cliente también lo sea”, explica José Pereira, cinco años de experiencia en la seguridad de bares y, en la actualidad, jefe de puerta de ‘La Sala Café Club’. La paciencia es sinónimo de “contar hasta cien y pensar en cómo te vas a llevar al huerto al personaje de turno” para Pereira, quien ya ejerció la misma labor en ‘El Recreo’ con anterioridad.
El ambiente nocturno en Ceuta, por lo general, es “tranquilo”, admite David Escámez, controlador de puerta en el ‘Divine’ desde hace un año, quien reconoce que los porteros se llegan a encontrar con problemas en el interior de cualquier local del Poblado que exigen de su “mediación para que el conflicto no se agrave más”. La finalidad es evacuar a los clientes “intentado no emplear ninguna forma de violencia y siempre sin pasarse” para, una vez en el exterior, solicitar la presencia de las autoridades pertinentes ya que “corresponde a ellos” resolver el enfrentamiento.
Impedir la entrada de menores; interceptar a quienes consuman drogas en los lavabos para su inmediata expulsión del local y evitar los enfrentamientos en el interior del bar, constituyen sus principales cometidos, expone Carlos Pérez, también integrante del equipo de seguridad del Divine. Los controladores vetan la entrada a quienes “visten zapatillas y ropa deportiva o camiseta de tirantes”, apunta Pérez, unas directrices que no se cumplen “obligatoriamente sino que son más bien una línea a seguir”, argumenta Escámez.
En la azotea de ‘El Ático’ se encuentra Gabriel Castillo, quien se dedica a la seguridad en pubs y discoteca de la ciudad y la Costa del Sol desde hace 14 años. “Cualquiera no vale para ser portero”, sostiene el también profesor en artes marciales; “requiere un mínimo de preparación física además de tener conocimientos en defensa personal ya que, a veces, te encuentras con muchos indeseables y se pueden producir pequeñas agresiones. Hay que estar preprado”. Castillo recuerda los dos intentos de apuñalamiento que ha sufrido en el Poblado y la ayuda prestada por dos agentes de la Policía.
“La juventud ha cambiado”, sentencia el jefe de puerta de ‘El Ático’, quien evita generalizar para resaltar que el “chico joven es ahora una persona que sabe lo que quiere, es exigente y debe admitir que se le pida el pago de una entrada con derecho a copa”, situaciones que asegura haberse encontrado en las puertas de los bares ceutíes.
El botellón se ha convertido, defiende Castillo, en el gran enemigo de los establecimientos de copas. “Muchos jóvenes vienen sin interés de consumir, sólo intentan entrar, divertirse y bailar”, lamenta este portero, quien indica que esas personas quedan “identificadas” para que tengan que pagar una entrada la próxima vez ya que disponen de “licencia de discoteca-pub”.
El riesgo de sufrir una puñalada en el brazo, como es el reciente caso del controlador de El Recreo, está muy presente para el gremio. “Este empleo está bien pagado, pero muchas veces te ves envuelto en unos problemas...”, admite Escámez. “Trabajar de portero, y con las características que tiene Ceuta, conlleva que una noche te puedas llevar un mal golpe o una puñalada”, valora Castillo, “porque el portero no es siempre quien agrede”, sostiene. Sin embargo, las agresiones también se dan contra los clientes, como ocurriera la semana pasada con un joven de 20 años.
En las últimas Navidades, recuerda Pereira en los camerinos de La Sala, “no había ningún tipo de seguridad en el Poblado”, ausencia que percibieron en una de aquellas noches. Según señala este jefe de puerta, determinados clientes ignoran que los locales tienen un aforo cuyo número no se puede superar. “Tres chicas se negaron a guardar cola para entrar y no lo entendieron, así que intentaron entrar a la fuerza y, ante la negativa, pidieron una hoja de reclamaciones y se la entregamos”, relata Pereira. “En ese momento llegaron una serie de niñatos que acompañaban a estas chicas y me escupieron. No denuncié porque me conformé con que me dejaran su ADN”, comenta resignado el portero.
Las zonas más conflictivas para Pereira son aquellas que “permanecen abiertas después del horario permitido, a las 5.30 aproximadamente”. La Sala solicitó a la Ciudad Autónoma en Navidades una ampliación de horario, hasta las 7.00 horas, “pero a esa hora sólo quedaba en la calle la morralla que albergan esos lugares durante el resto del año”, de modo que acabaron cerrando una hora antes de lo habitual para evitar ser presa de las reyertas.
Una semana después de Fin de Año, los porteros del Divine sufrieron el ataque de “entre 15 y 20 personas que querían entrar en el pub en estado de embriaguez y muy mal vestidos, incluso diría que bastantes drogados, y que portaban navajas”, reconstruyen Escámez y Gómez, quienes criticaron que no apareciera la Policía pese a que telefonearon al 112.
La marcha nocturna en la ciudad suele comenzar a medianoche en los pubs de la Plaza Teniente Ruiz, donde ceutíes de todas las edades toman la primera copa antes de bajar al Poblado Marinero. El perfil del cliente dien el Divine responde a mayores de 25 años, “sin que signifique que la entrada esté prohibida desde los 18”; las personas que acuden a este pub buscan bailar, charlar y son grupos de parejas, matrimonios o de amigos “que lo pasan bien de una forma sana”, concluye Pérez. En el caso de El Ático, son jóvenes de entre “18 a 24 años que intenta encontrar su primer local donde divertirse, consumen poco porque aún dependen de sus padres pero el ambiente es muy bueno y siempre con las puertas abiertas al resto de la clientela”, comenta Castillo, quien resalta que su pub es el único que dispone de vigilante de seguridad, en este caso de Prosegur, porque “dispone de licencia de discoteca y estamos obligados a cumplir la legislación”.

Apuesta por la UIR y la UPR

El personal del ‘Divine’ insistió en que, cuando la Unidad de Intervención Rápida de la Policía Local, UIR, está presente en el interior del Poblado Marinero, “estamos más tranquilos porque hemos pasado dos meses muy difíciles, lo que nunca he visto en seis años”, asegura Pérez. Esta unidad volvió a patrullar en el interior del Poblado la semana pasada. Según el portero, los incidentes están protagonizados “todos los fines de semana por el típico grupo de siempre: tiran botellas, vasos, insultan a los transeúntes, amenazan, insultan y quieren entrar por la fuerza”. No obstante, la labor de la Unidad de Prevención y Reacción de la Policía Nacional, UPR, también recibe el reconocimiento de los porteros de este pub, quienes destacan las buenas relaciones con otros componentes del gremio como Mohamed del ‘Baobab’.

Las relaciones con la Policía

Castillo considera que existe “poca comunicación” con la Policía y estima “necesario que cambie” porque “siempre nos falta esa buena coordinación con los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad que existe en la Costa del Sol”. El jefe de puerta de ‘El Ático’ asegura que un “buen agente requiere de la confianza y del aprecio de un portero como un buen portero necesita del apoyo y el saber hacer de un buen policía”. El portero coincide con sus compañeros en que, durante las últimas festividades, “es cuando más falta ha hecho la presencia policial, que ha brillado por su ausencia”. Castillo agradeció la vuelta de la UIR al interior del Poblado y el trabajo de las patrullas de la Policía Nacional.

El gobierno de navarra prepara una nueva normativa para regular el sector

El personal que integre el servicio de admisión no portará armas y sólo podrá hacer uso de la fuerza en caso de urgencia

Pamplona. Los porteros de los locales de ocio de Navarra, cuya función primordial será desempeñar el servicio de admisión, deberán ser vigilantes de seguridad habilitados conforme a lo previsto en la legislación de seguridad privada o, al menos, haber superado un curso básico preparatorio. Es la pretensión del Gobierno de Navarra, encargado de elaborar una norma que regule esta actividad en la Comunidad Foral.

El planteamiento de la Dirección General de Interior, sin embargo, no es elaborar sólo una mera regulación de la figura del portero de discoteca, sino una norma más orientada a ser un reglamento de admisión en espectáculos públicos y actividades recreativas y, en general en establecimientos públicos. Para ello se están analizando las experiencias de las comunidades autónomas que ya han implantando sus propias regulaciones.

Además de garantizar el derecho de admisión con respeto a la dignidad de las personas y a sus derechos fundamentales, sin ningún tipo de discriminación, en la norma que prepara Interior se pretende recoger que los titulares de los espectáculos, actividades o establecimientos deban facilitar el acceso y permanencia de las personas con discapacidad. Supone una garantía a la normalización y a facilitar el derecho de todos los ciudadanos. Ello introduce un concepto novedoso y la necesidad de adaptar las actividades de ocio y divertimento, entre otras, a las personas con discapacidad.

En sentido contrario la nueva norma establecerá que este derecho se aplicará, en régimen general, para impedir el acceso o permanencia en determinados supuestos objetivos, como en casos que el aforo esté al completo, se cumpla el horario de cierre o se carezca de la edad mínima exigida; o en determinados supuestos subjetivos sobrevenidos ante personas que dificulten el desarrollo del espectáculo, tengan actitudes violentas, causen molestias a otras personas, consuman drogas o presenten signos de embriaguez.

Este derecho de admisión será ejercido por los titulares o por sus empleados, entre ellos evidentemente el personal con funciones de control de accesos. Los titulares podrían establecer condiciones particulares de admisión y permanencia que tendrán que ser visadas administrativamente para garantizar el respeto a los derechos de las personas.

servicio de admisión Interior pretende que la regulación defina de una manera novedosa qué es el servicio de admisión y que éste puede estar integrado bien por vigilantes de seguridad habilitados conforme a lo previsto en la legislación de seguridad privada, que deberán ir uniformados, bien por porteros que superen un curso preparatorio, personal éste último debidamente uniformado e identificado.

El curso preparatorio podría ser impartido por instancias públicas como la Escuela de Seguridad de Navarra o por otras instancias que serían sometidas a un procedimiento de acreditación previa evaluación de su idoneidad docente. En todo caso se determinaría el contenido básico de esta formación y del sistema de acreditación de entidades habilitadas para impartirla.

Los porteros debidamente formados y habilitados constituirán una de las modalidades de personal para el control de admisión y siempre sería personal que no portaría armas y que debería estar perfectamente identificados. La normativa definirá qué requisitos debe tener este personal acreditado y cómo debe ir identificado.

En ningún caso el personal que integre el servicio de admisión portará armas y únicamente podrá hacer uso proporcionado de la fuerza en caso de urgencia (muy importante esto) para velar por la integridad de las personas o los bienes, debiendo informar de manera inmediata al personal de seguridad privada, si lo hubiera, o a los servicios policiales en su caso.

Entre las cuestiones que hay sobre la mesa está si este personal ostentaría, incluso, algún tipo de carácter de autoridad, obviamente en el ejercicio de la función que tiene encomendada. De igual modo se analizan qué cuestiones tecnológicas pueden incorporarse para controlar la admisión (sistemas automatizados de control de aforos, conexión con los servicios de seguridad, etcétera).

Entre las cuestiones que hay sobre la mesa está si este personal ostentaría, incluso, algún tipo de carácter de autoridad, obviamente en el ejercicio de la función que tiene encomendada. De igual modo se analizan qué cuestiones tecnológicas pueden incorporarse para controlar la admisión (sistemas automatizados de control de aforos, me parece que antes que estas personas se deberia de mirar a los vigilante escoltas etc.pues estams en servicios mas complicados y como tal estamos sin autoridad y deberiamos de tenerla.

El personal que controla el acceso a discotecas y salas de baile y de fiesta riojanas deberá obtener un certificado de la Comunidad Autónoma para ejercer esta labor. Así lo establece un decreto que aprobó ayer el Gobierno regional y que regula la actividad de estos profesionales. Para conseguir esta especie de carné, estos trabajadores deberán someterse a una serie de pruebas, un test psicológico y un curso formativo, ambos de carácter obligatorio. También deberán superar estas pruebas quienes ya trabajan desempeñando estas funciones. El test psicológico no será necesario si el aspirante acredita que ha superado las pruebas de selección convocadas por la Secretaría de Estado de Seguridad.

Además de estos requisitos, el personal que regula la entrada a estos establecimientos deberá ser mayor de edad y carecer de antecedentes penales. El certificado será válido durante cinco años y los trabajadores deberán llevar visible el distintivo expedido por el Gobierno regional.

El portavoz del Ejecutivo, Emilio del Río, recordó que entre las funciones de estos empleados no se encuentra ejercer la autoridad en caso de ser necesario, ya que esta función recae en las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad o en los profesionales de seguridad privada del propio local.

Inversiones

Por otra parte, el Gobierno regional aprobó la inversión de 690.000 euros para contratar el equipamiento del Hogar de Mayores y Centro de Día de Lobete, que concluirá sus obras en los próximos meses. Asimismo, se autorizó la concesión de 206.000 euros en ayudas para investigación universitaria y de un millón de euros para becas de investigación predoctoral en centros y empresas tecnológicas.

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SANT JOSEP | RAÚL SÁNCHEZ
Balears no cuenta con una normativa específica que regule la actividad de los porteros de las discotecas, como sucede en otras comunidades (Madrid y Cataluña). El Real Decreto 122 de 1995 reguló el traspaso de las competencias en esta materia a la Comunitat Autònoma y la Ley 7/99 de 8 de abril del mismo año traspasó la cuestión a los consells insulares que, sin embargo, aún no han desarrollado la normativa, según explicó ayer la magistrada titular del Juzgado de Instrucción número 5 de Móstoles (Madrid), Susana González de la Varga.
La juez, que desempeñó su labor varios años en Ibiza, en los que fue titular de los juzgados de Instancia número 2 y de Instrucción número 4, inauguró con su ponencia la segunda jornada del sexto Congreso de responsabilidad civil, que se ha celebrado durante dos días en Sant Josep, en el hotel Garbi de Platja d´en Bossa, y que se clausuró ayer.
Alrededor de cien personas han asistido a las ponencias y muchos de ellos, la mayoría letrados que trabajan en la isla, elogiaron el trabajo y el «buen hacer» de la juez González.

Titulares de prensa
La conferencia empezó con una exposición de varios titulares de prensa de la sección de sucesos relacionados con discotecas, entre ellos uno de Diario de Ibiza del 13 de agosto de 2008: «Denunciado un portero de una discoteca por agredir a un cliente».
«La cifra de porteros en España es muy elevada (alrededor de 140.000) y muchos son personas sin formación contratados en centros de lucha o en gimnasios», apuntó la magistrada, que recordó el peligro de mezclar música, diversión, alcohol y drogas.
La juez lamentó la falta de normativa específica para regular la labor de los porteros de discoteca y habló de la ley nacional que regula la responsabilidad civil de estos trabajadores, que se recoge en el artículo 120 del Código Penal.
González recordó la responsabilidad de las empresas, que deben disponer de vigilantes de seguridad en los locales en los que se concentren más de cien personas, y disertó asimismo sobre la responsabilidad civil de las compañías aseguradoras.
La jurisprudencia es amplia aunque sólo ha repercutido en dos normativas específicas, originadas ambas por dos sucesos de extrema gravedad. En 1998 la Comunidad de Madrid respondió a la presión de la opinión pública tras el caso de la discoteca Balcón de Rosales. El joven Álvaro Ussía falleció tras ser agredido por un portero.
La juez utilizó el conocido como caso Maremàgnum para disertar con los asistentes sobre las responsabilidades en los casos de homicidio doloso y sobre la responsabilidad civil subsidiaria de las empresas. La sentencia analiza los hechos ocurridos el 27 de enero de 2002 en el centro de ocio nocturno de Barcelona Maremàgnum. Tres porteros fueron condenados por un delito de homicidio, ya que propinaron una paliza a Wilson Pacheco, un ecuatoriano al que golpearon y arrojaron al agua, tras increparle con insultos racistas.

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es de pena que en andalucia, aún no este regulado esto, aunque lo prometio la junta hace un par de años, parece que no interesa.